Yugo: en hebreo es la palabra òwl; la palabra equivalente en griego es zugos
El yugo era una pieza de madera curva, por medio del cual se juntaban dos animales, asegurando esta pieza en sus cuellos. El objetivo era que ambos animales trabajen juntos, logrando mayor efectividad y menor esfuerzo, ya sea tirando un arado o alguna otra carga. Solían colocarse en yugo un animal experimentado con uno novato para que este último pudiera “aprender” el trabajo del animal más viejo. Así, el animal más débil estaba obligado a seguir la dirección del más viejo, no pudiendo elegir qué dirección tomar, por eso, se usa figurativamente con el significado de “esclavitud” de alguien que está al servicio de uno que es más fuerte.
El yugo. El yugo es un pedazo de madera tosca que se adapta al Pescuezo del ganado. Dos palos se proyectan hacia abajo a los lados, Y una correa al final de estos palos que pasa bajo el pescuezo de] animal mantiene el yugo en su lugar. De estos yugos de madera a menudo se habla en las Escrituras (Jer. 28:13 etc.).[1]
Génesis
27:40
Y por tu espada
vivirás, y a tu hermano servirás; Y sucederá cuando te fortalezcas, Que
descargarás su yugo de tu cerviz.
Aquí claramente
podemos ver que se usa al “yugo” en forma figurativa para mostrar cómo Jacob
serviría a Esaú, pero que luego se fortalecería y se quitaría ese yugo, o sea,
ya no serviría a su hermano.
Levíticos
26:13
Yo Jehová vuestro
Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos, y
rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido.
El pueblo de Israel
era más débil que el pueblo de Egipto, por lo que había sido esclavizado por
éste, fue Dios quien intervino para quitarle a Israel ese yugo, por medio del
cual no podían hacer la voluntad de Dios, sino que estaban obligados a hacer la
voluntad de los egipcios.
Jeremías 2:19-20
(19) Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán;
sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y
faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.
(20) Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras,
y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de
todo árbol frondoso te echabas como ramera.
Dios dio leyes y
mandamientos a Israel, por medio de los cuales ellos estaban “unidos con yugo”
a Dios. Sin embargo, Israel “rompió el yugo” y dejó de servir a Dios, y comenzó
a adorar a otros ídolos.
2 Corintios 6:14-18
(14) No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque
¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz
con las tinieblas?
(15) ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el
creyente con el incrédulo?
(16) ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos?
Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y
andaré entre ellos,
Y seré su
Dios,
Y ellos
serán mi pueblo.
(17) Por lo cual,
Salid de en
medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
Y no toquéis
lo inmundo;
Y yo os
recibiré,
(18) Y seré para vosotros por Padre,
Y
vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
2 Corintios
6:14
No os unáis en yugo
desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la
injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
Este versículo,
donde dice: “no os unáis…,” debe decir, según el texto griego, “no lleguen a
estar unidos…” Lo que indica el pasaje es que la unión entre un creyente y un
incrédulo no aparece porque sí, de la noche a la mañana, es el resultado de un
proceso que involucra decisión. La posibilidad de unirse a un incrédulo está
presente, este pasaje nos instruye a evitar ese tipo de uniones, porque traerán
una carga extra a nuestras vidas.
Yugo desigual:
estas palabras son una palabra en el griego heterozugeo. Esta palabra se
usa sólo aquí en toda la
Biblia, y se compone de dos palabras griegas, una es heteros,
que significa “otro de distinta clase o categoría” y zugeo, que es la
palabra “yugo,” que estamos estudiando. Textualmente heterozugeo
significa “estar unidos en yugo con otro de distinta clase o categoría.” En
este pasaje se usa para enfatizar que un creyente no debiera unirse “en yugo” a
un incrédulo, porque el incrédulo es una persona “de distinta clase” que el
creyente. Es notable que incluso en la ley Dios había prohibido la unión en
yugo de dos animales de distinta especie. (Lv 19.19; Dt 22.10).
La palabra
“injusticia,” en el texto griego es anomia, que significa “ilegalidad” y
no “injusticia.” El creyente cristiano, por seguir las leyes de Dios, está
siempre en búsqueda de la justicia de Dios, que lo lleva a procurar hacer el
bien; por otro lado, el incrédulo no sigue las leyes de Dios, anda en
“ilegalidad” delante de Dios, por lo que sus acciones no son “justas” o basadas
en la justicia de Dios. El cristiano que ama a Dios busca principalmente servir
a Dios y al Señor Jesús, el incrédulo, por otro lado, busca su propio bien y
crea sus propias reglas, vivir “a mi manera” es el deseo del hombre incrédulo,
como tantas canciones mundanas lo atestiguan, el hombre de Dios, en cambio,
intenta seguir el ejemplo de Jesucristo que jamás vivió “a su manera,” sino que
siempre hizo la voluntad del Padre (Juan 5:19).
La justicia y la
ilegalidad no tienen nada en común, como tampoco la luz y las tinieblas, es
más, son totalmente opuestas, no tienen NADA en común, por eso se debe evitar
esta unión.
Cabe aclarar que
estos pasajes no están diciendo que un creyente debe alejarse totalmente de los
incrédulos y encerrase en una “burbuja celestial.” Estos pasajes hablan de no
unirse en YUGO, o sea, quedar ligado a un incrédulo de tal modo que el
incrédulo lo arrastre por su camino, se refieren a no seguir el mismo camino,
tanto en acción como en pensamiento, del incrédulo, porque el incrédulo no
respeta la ley de Dios, no acepta la justicia de Dios y no posee la luz de
Dios.
Cuando un cristiano
que ama a Dios se junta en sociedad con un incrédulo para hacer un negocio, o
contrae matrimonio con una pareja incrédula, o emprende algún otro tipo de
unión con alguien incrédulo, esta unión va a generar un peso extra en su andar,
ya que el cristiano deseará servir a Dios y el incrédulo buscará su propia
felicidad y satisfacción.
Esto genera un
“choque” en algún punto, y se vuelve una carga extra. Haciendo la comparación
con el trabajo de los bueyes: si ambos “tiran” para un mismo lado, el peso se
moverá más fácilmente y ambos deberán emplear menos fuerza, si uno tira hacia
un lado y otro hacia otro, ambos tendrán que esforzarse más, y el más fuerte
terminará arrastrando al más débil.
Si yo, por ejemplo,
me uno en sociedad para hacer un negocio con un incrédulo, quizá en un
principio todo marche bien, esta persona no cree en Dios, pero es “buena”
persona, la conozco hace mucho y es honesta. Sin embargo, puede pasar que si el
negocio está en crisis, esta persona comience a pensar en evadir impuestos,
pagar menos a los empleados, o pagarles fuera de término, o comprar mercadería
de “dudosa” procedencia, pero estas cosas no son conforme a la justicia de
Dios. Si yo acepto su propuesta, voy a estar participando de su ilegalidad e
injusticia y desobedeciendo a Dios, si no la acepto, vamos a tener conflictos y
discusiones que van a agregar tensión a mi vida.
Algo similar sucede
con un matrimonio entre una persona que ama a Dios y otra que es incrédula. El
hombre o mujer creyente debiera buscar servir a Dios por encima de otras cosas,
el hombre o mujer incrédula puede aceptar la “fe” de su cónyuge, pero no
buscará servir a Dios por encima de todo, sino que buscará su propia
satisfacción y la de su familia. El matrimonio puede funcionar, pero debido a
que ambos tienen un objetivo distinto en la vida (uno desea servir a Dios y
otro tener una vida con la mayor felicidad posible), en las situaciones de
conflicto será más difícil concordar en el curso de acción a tomar y eso
generará carga para extra para ambos.
También pasa con
grupos musicales en los cuales los integrantes son incrédulos o cristianos poco
comprometidos a servir a Dios. Supongamos que necesitan un nuevo cantante y se
presenta uno que es creyente cristiano que ama a Dios y desea servirle: éste
querrá cantar canciones que transmitan la verdad de Dios, o que dejen algún
mensaje edificante en los oyentes, los otros querrán componer música y letras
que atraigan a la gente para vender discos, o querrán transmitir mensajes que
poco edifican a las personas o, incluso, que son totalmente opuestas a la
verdad de Dios y a Su voluntad. En este caso, el cantante deberá resignarse y
seguir la corriente del mundo o irse del grupo, sus intereses, sencillamente,
no “encajan.”
Con esto no quiero
alentar a los cristianos que tienen negocios, matrimonio, o algún otro tipo de
unión con incrédulos a que separen de su sociedad o su pareja o grupos
musicales. Cada situación es particular, y debe tratarse individualmente con
Dios. La
Biblia es un libro “respirado” por Dios, no con el objetivo de
regular cada mínimo aspecto de nuestras vidas, sino con la intención de que
conozcamos a Dios y desarrollemos una relación íntima, de hijos a Padre con Él.
La exhortación en
estos pasajes es a no participar de las mismas cosas que los incrédulos, y a no
cargar nuestras vidas con más peso del que ya tienen en sí mismas. Hay
matrimonios y sociedades que han funcionado bien, en las que las partes
incrédulas han aprendido de los creyentes y cambiado sus mentalidades, pero
esto no está garantizado por Dios, ni es una norma general; en términos generales,
uno podrá servir mejor, y utilizar mejor sus dones, talentos y habilidades
cuando está asociado con otros creyentes cristianos que tienen en común la
confianza y amor por Dios y el deseo de servirle de todo corazón, este tipo de
uniones “aliviana” la carga, y permite a los cristianos hacer la tarea
requerida con menor esfuerzo.
Recuerden: no se
trata de aislarse de los incrédulos, simplemente no debemos seguir sus pasos,
sus creencias, sus formas de pensar y analizar las situaciones desde una óptica
meramente humana. Sus trabajos, pensamientos y reflexiones pueden sernos
útiles, pero no deben desviarnos de nuestro principal objetivo: desarrollar
nuestra íntima comunión con nuestro Padre celestial y con nuestro Señor
Jesucristo. Lo cierto es que la mayoría de nosotros pasamos mucho tiempo con
incrédulos, pero ellos no deben “llevar la rienda,” nosotros debemos aprender
del ejemplo de Cristo y de los hombres de Dios que han sido puestos como
ejemplo en la
Biblia e imitar su amor y obediencia a Dios y así ser nosotros
ejemplo para los incrédulos.
Leamos los
siguientes versículos:
2 Corintios 6:15
¿Y qué concordia
Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?
Textualmente es:
¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial? ¿O qué parte hay entre un
creyente junto con un incrédulo?
La palabra griega
para “concordia” es sumphonesis, que significa “armonía,” está
relacionada con nuestra palabra castellana “sinfonía.” No hay armonía entre
Cristo y Belial, tocan distinta canción, en distinto tono.
Según el
diccionario de Fausset, Belial no es estrictamente un nombre propio, sino que
es un apelativo que se usa como nombre propio por medio de la personificación.
“Belial” significa “ilegal,” “indigno,” o “bueno para nada.”
“Belial” puede referirse
al Diablo, aunque no necesariamente debe ser así, también puede ser un nombre
simbólico para todos los incrédulos. Sea que haga o no referencia al Diablo, si
Dios puso aquí la palabra “Belial,” en vez de “Satanás,” “Diablo,” o algún otro
nombre o apelativo, es por alguna razón específica. “Belial” resalta la
ilegalidad y la falta de provecho en su accionar. Este pasaje, y el contexto,
no habla específicamente del accionar satánico, sino de la forma en que piensa
o actúa un incrédulo, alguien que no tiene la
Palabra de Dios como su estándar de vida. Este versículo nos
dice que no hay armonía entre Cristo, cuya vida tuvo provecho de principio a
fin (de hecho, tuvo el máximo provecho jamás logrado: la salvación de la
humanidad) y que fue totalmente acorde a la ley de Dios, con la ilegalidad y
falta de provecho que manifiesta el incrédulo.
2 Corintios 6:16
(16) ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos?
Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y
andaré entre ellos,
Y seré su
Dios,
Y ellos
serán mi pueblo.
El
conjunto de creyentes renacidos forman lo que la
Biblia llama “el Cuerpo de Cristo” y también “el templo de
Dios” (para más detalles lea mi estudio “el Cuerpo de Cristo”).
Figurativamente, la
Biblia dice que cada uno de nosotros somos piedras del templo
de Dios, siendo la piedra principal, la “piedra angular,” Cristo mismo (2 Pedro
2:4-10).
En el
Antiguo Testamento el tabernáculo, que pasó a ser “templo” en la era de
Salomón, era el lugar en donde se ofrecían los sacrificios a Dios. El templo
tenía una parte externa y una zona cubierta dividida en dos parte, una era
llamada “el lugar santo” y la otra “el lugar santísimo” (literalmente: “santo
de santos”). En el lugar santísimo era en donde el sumo sacerdote se encontraba
con Dios, allí estaba la presencia de Dios. Si nosotros (el grupo de creyentes
renacidos) somos piedras del templo, entonces Dios habita “entre nosotros,”
como dice el pasaje.
(17) Por lo cual,
Salid de en
medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
Y no
toquéis lo inmundo;
Y yo os
recibiré,
(18) Y seré para vosotros por Padre,
Y
vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
Aquí parece
terminar el pasaje, sin embargo, teniendo en mente que la
Biblia original no tenía divisiones de capítulos y versículos,
y que éstos, si bien son útiles como referencia, pueden haber sido colocados
erróneamente, leeremos el primer versículo del capítulo 7, que, a mi criterio,
debiera ser la culminación del capítulo 6:
2 Corintios 7:1
Así que, amados,
puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y
de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
El “así que”
conecta a este versículo con el anterior. Pablo citó unos pasajes del Antiguo
Testamento que mostraban “figuras” de cosas celestiales (Heb. 9:23-24). Nada
impuro podía entrar en el lugar santísimo, en donde estaba la presencia de
Dios, por eso Pablo habla de limpiarnos de toda contaminación de carne y de
espíritu, perfeccionando la santidad en el temor (respeto reverente) de (o
hacia) Dios. Esto nos indica que las impurezas que traemos al “templo de Dios,”
son las que nos alejan de la presencia de Dios, y esto es lo que debemos
evitar, para tener una relación más estrecha, vital y potente con nuestro Padre
celestial.
Relacionarnos con
incrédulos no necesariamente nos contamina, si estamos firmes en Dios y estamos
bien posicionados en nuestra relación con Dios, pero si el incrédulo es más
fuerte en su carácter y convicciones quizá me arrastre a pensar y actuar como
él, por eso es aconsejable no asociarse demasiado estrechamente con los
incrédulos, porque pueden “contaminarnos” con sus pensamientos, objetivos y
aspiraciones y alejarnos de la presencia de Dios.
Como dije, esto no
significa que debamos aislarnos de los incrédulos, de hecho, a ellos
principalmente debemos predicarles las buenas nuevas de salvación, pero debemos
buscar el equilibrio en nuestras relaciones, de manera de ir moldeando nuestro
carácter y conducta conforme al ejemplo de Cristo y no conforme a los deseos
carnales a los cuales están atadas las personas que no han recibido el espíritu
de Dios.
Mateo 11:28-30
(28) Venid a mí todos los que
estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
(29) Llevad mi yugo sobre vosotros,
y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas;
(30) porque mi yugo es fácil, y
ligera mi carga.
Si hemos de unirnos
mediante yugo con alguien, que sea con nuestro Señor Jesucristo, él ayudó a sus
discípulos a hacer su tarea “de a dos,” para alivianar la carga, cuando aún
estaba en su cuerpo humano, ¿Cuánto más podrá hacer por nosotros ahora, en su
cuerpo glorioso? Sin duda no hay mejor compañero para llevar la carga de
nuestras vidas que Cristo mismo. Cuando nos unimos a él, sirviéndole y
obedeciéndole en todo, nuestra carga se aligera, nuestro servicio se hace más
liviano y nuestra vida más placentera.
[1]
Esta explicación y el gráfico que la acompaña han sido extraídas del libro “Usos y costumbres de las tierras bíblicas” de Fred H. Wight
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ok, ahora devemos conocer a que persona le llamamo yugo desigual.
ResponderBorrarEl problema radica en que se cree que porque tal persona no cree en una iglesia automaticamente es inconverso "inpio" que busca su propio bien, que no es "justo" etc. y lo que basicamente terminamos en capitalismo, en el interior lo que queremos comunicar es: TIENE QUE SER DE LA IGLESIA TAL PERSONA!!
Pero ser de una iglesia nunca a determinado si una persona es "Justa" o "injusta" o que sea o no sea impia(termino bien feo ese). entonces el problema de los yugos esta siempre analizandose desde un capitalismo eclesiatico: "SOLO LOS DE LA IGLESIA"
Hay demasiadas personas que son cristianos mas ferviente que otros que estan en iglesia o que se "congregan", hay personas que se an reusado a negar a Jesus y aunque no crean o les interese una iglesia son de los principales soldados que hacen que el cristianismo no se caiga por completo, el asunto es que los del sistema eclesial creen que lo que ellos dicten eso es , que la iglesia siempre tiene la manera correcta, y la iglesia nunca se equivoca, mucho hasta dicen que si no vas a la iglesia, no eres cristiano comparando asi la iglesia con Dios y Jesucristo(como que si ellos distribuyen leyes divinas).
El yugo desigual biene cuando esa persona a la que te aferras es atea, o tiene otro "dios", ahi es que radica el yugo desigual, ya que tendras que ir a adorar a buda y esa persona adorar a Dios, y ambos estaran en contra se su voluntad y ahi es donde de verdad entras en cosas como idolatria o ella o el termina siendo cristiano, asi que tendran que decidir una cosa, o nuca podran estar juntos, peliaran, estaran dividido.
Bendiciones
El entender lo que la biblia dice es de sabio...cuando una persona acepta a cristo como su unico y esclusivo Salvador dice la biblia que el espiritu santo viene a morrar en el Corazon de tal persona .esa llegada al Corazon es para guiarlo a toda verdad y toda justicia,lo cual la persona ya no se si~e, o sea no se dirije ella misma por lo cual el espiritu santo lo dirijira hacer lo que le agrada a Dios , esto es a vivir una vida conforme a lo que esta establecido en la biblia y a vivir la santidad de Dios ..por tal motive dice el apostol Pablo en 2CORINTIO 5:17..De modo si alguno esta en cristo nueva criatura es las cosas Viejas pasaron he aqui todas son hechas nuevas..el espiritu santo dirijira ala persona a los lugares que a Dios le agrada y la persona estara con personas que le sean de gran edificacion spiritual .no en lugares y con personas que lo vallan a destruir espiritualmente,claro vivimos en un mundo rodeado de distintas personalidades, y hay que estar sercas de ellas en momentos especificos ..como por ejemplo cuando trabajamos estamos con pecadores pero no participamos de las obras de pecados que ellos practican ,pero tan pronto salimos del trabajo ,estamos solos o con hermanos de la iglesia que nos ayuden estar meditando en las cosas de Dios .tambien la biblia dice que todo aquel que no vive conforme a la biblia aunque diga que es Cristiano y vive una vida desordenada Pablo dice que con el tal ni comas ..si en este tiempo es un pecado pues Pablo estuvo en pecado.porque es lo que el exorto a las Iglesias ..o sea que vivir para Dios es algo muy delicado mas de lo que la mente humana piensa por tal razon es que satanas tiene a tantos enga~ados por el pensar de las cosas espirituales con una mente carnal .
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