¿Nació Jesús en un establo?

En Honor a Su verdad



Lucas 2:1-7
(1) Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado.
(2) Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria.
(3) E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.
(4) Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;
(5) para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.
(6) Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.
(7) Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

El relato tradicional nos dice que María y José fueron a Belén a empadronarse para el censo y que al llegar a la ciudad no habían habitaciones disponibles en el mesón del pueblo y que por eso tuvieron que quedarse en un establo, en donde María dio a luz a Jesús, y luego lo colocó en un pesebre (una especie de canasta que se usaba para alimentar a los animales).
A primera vista, el pasaje de Lucas parece avalar esta versión, sin embargo, leyendo en detalle el relato y corrigiendo algunos errores en la traducción, veremos que el relato tradicional está muy lejos de lo que la Biblia nos cuenta.

En principio hay que notar que el versículo 6 dice que “estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento,” esto nos indica que María no dio a luz inmediatamente después de llegar a Belén, ya hacía unos días que estaba allí. El versículo 4 nos dice que fueron a Belén, ciudad de David, porque José era de la casa y familia de David (y también María, como hemos visto). Esto debe llamarnos la atención: dos descendientes de David van a la ciudad de David, o sea, una ciudad en donde habrían varios familiares tanto de José como de María y después de estar varios días allí ¿nadie les habría dado lugar donde quedarse? ¿Su propia familia le habría vuelto la espalda a una mujer embarazada dejándola parir en un establo?

En primer lugar, jamás aparece la palabra “establo” en el relato. Las personas han supuesto que estaba en un establo porque Jesús fue colocado en un pesebre, un recipiente que normalmente se utilizaba para alimentar a los animales. Sin embargo la Biblia no dice que este pesebre estuviera en un establo, el relato de María dando a luz en el establo viene por asociar el relato bíblico (que es de origen oriental) con nuestras costumbres actuales (de origen occidental).

Como hemos visto, tanto José como María eran descendientes de David, eran de “sangre real.” Este sólo hecho era suficiente como para que cualquier familia israelita considerara un honor alojarlos en su casa. Más allá de este hecho, los israelitas eran hospitalarios, incluso con desconocidos (Génesis 19:1-4; Jueces 19:19-21, etc.), y jamás hubieran dado la espalda a una mujer a punto de dar a luz. Además, como ya hemos dicho, la ciudad en que estaban era llamada “la ciudad de David,” sin lugar a dudas habría allí varios familiares de José y de María y lo más probable, como veremos, es que se hayan quedado en casa de alguno de ellos. Lucas 2:7 nos dice lo siguiente:

Lucas 2:7
Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

Este pasaje ha sido mal traducido en la mayoría de las versiones de la Biblia en español, y también en otros idiomas, dando lugar a la famosa tradición del alumbramiento en un establo. La palabra que aquí se traduce “mesón” es la palabra griega kataluma, que significa “cuarto de huéspedes.” Esta palabra se halla tres veces en el Nuevo Testamento, aquí, en Marcos 14:14 y en Lucas 22:11, en los otros pasajes es correctamente traducida “aposento.” Kataluma era un cuarto de huéspedes, una habitación extra en una casa, no un mesón u hotel.

Lucas 10:33-34
(33) Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;
(34) y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.

En este pasaje vemos que el samaritano llevó al herido al mesón. En este caso, la palabra griega no es kataluma, sino pandocheion. La palabra griega que designaba al lugar público de alojamiento es pandocheion. Si Lucas hubiese querido decir que no se halló lugar para José y María en el mesón, hubiese usado la palabra pandocheion y no kataluma.

Lo que el pasaje de Lucas nos está comunicando es que José y María estaban en un hogar de familia, pero no pudieron ocupar el cuarto de huéspedes, que evidentemente ya estaba ocupado por algún otro huésped, lo cual es lógico si pensamos que muchos de los que iban a empadronarse para el censo pedirían alojamiento a algún familiar de la ciudad, y que, además habría mucho flujo de gente porque estaban en época festiva y muchos se quedarían en Jerusalén hasta pasar las festividades.

Es necesario comprender que, a diferencia de las casas en que acostumbramos a vivir hoy en día, en la cultura oriental de la época las familias vivían en casas de una habitación, en la que realizaban todas las actividades del día; y normalmente tenían una habitación extra reservada para los huéspedes, que consistía sencillamente en una habitación vacía. Era común que aquellos que tenían animales a su cuidado los entraran por las noches con el fin de protegerlos del clima y de ladrones. Para esto solían elevar la habitación y dejar un sector un poco más bajo que el resto, allí se quedarían los animales, y allí estaban los pesebres en donde les ponían el alimento.

Cuando uno lee el relato de Lucas, capítulo 2, con la mentalidad oriental, puede fácilmente comprender que como no había lugar para José y María en la habitación de huéspedes, fueron recibidos en la habitación principal y, al nacer Jesús, lo colocaron en un pesebre (quizá rellenado con paja limpia), ya que era el mejor lugar para mantenerlo al resguardo de los animales y las personas que estaban en la casa y del frío o el viento. Esto nos muestra que Jesús estuvo muy bien cuidado desde su nacimiento.
Además, María y José no estuvieron solos con Jesús. La casa estaba llena, así que todas las mujeres de la casa, y quizá algunas vecinas experimentadas hayan estado allí para ayudarla, como era lo acostumbrado. La Biblia no lo menciona porque era algo común en la costumbre oriental de aquellos tiempos el que otras  mujeres experimentadas colaboraran en un parto, por eso es necesario conocer las costumbre orientales para comprender estos pasajes de Escritura.

Vemos, entonces, que el relato de navidad que hemos oído desde niños difiere a lo que la Biblia nos cuenta. Jesús no nació en un establo, a causa de que las personas “insensibles” de Belén no quisieron dar alojamiento a José y a María. Jesús nació en una casa de familia llena de gente y fue muy bien cuidado desde su nacimiento.

Lucas 2:8-18
(8) Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.
(9) Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor;  y tuvieron gran temor.
(10) Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:
(11) que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
(12) Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
(13) Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:
(14) ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
(15) Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado.
(16) Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
(17) Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño.
(18) Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían.

Como vemos a través de estos versículos, el nacimiento de Jesús fue toda una fiesta.








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