“Desde fe hacia fe”

En Honor a Su verdad




Romanos 1:17 – “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela desde fe y hacia fe...”


Veamos otro pasaje que ilustra este proceso de crecimiento y desarrollo de la fe:

Romanos 1:15-17
(15) Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.
(16) Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.
(17) Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

El versículo 17, más ajustado al texto debería leerse: “Porque (la) justicia de Dios en él [el evangelio] es revelada desde fe hacia fe, así como está escrito: el justo desde fe vivirá.”

La palabra que el la Reina Valera se traduce “revela,” en el vers. 17, es en griego apokalupto, literalmente es “quitar el velo”, significa: descubrir, manifestar, hacer conocer, poner en evidencia.
Las palabras traducidas “por”, en la Reina Valera, en el vers. 17, en ambos casos son la palabra griega ek, que significa: “partiendo desde el centro de” y más adecuadamente debe traducirse “desde”. Hay otra palabra griega que puede traducirse “desde” que es apo, con la diferencia que ésta denota “partiendo desde la superficie de”. En forma gráfica sería así:


Este pasaje nos indica que la justicia de Dios se hace evidente o manifiesta en el evangelio, en las buenas nuevas de Dios. Esta justicia se hace evidente “partiendo desde la fe y hacia fe”, esto significa que por mi firme convicción en el evangelio y mi fidelidad a Dios, Su justicia se va haciendo cada vez más clara, más evidente en mi entendimiento, lo cual generará en mí una más firme convicción, y una mayor fidelidad, que a su vez me llevará a comprender aún más profundamente esta justicia de Dios. Esto genera un ciclo de continuo crecimiento, siempre y cuando no haya alguna “distracción” externa que me desvíe de seguir siendo fiel a Dios.

En la parábola del sembrador Jesús identificó cuatro tipos de “terrenos” sobre los cuales puede caer la semilla de la Palabra de Dios: están quienes no entienden y el “malo” les arrebata la Palabra de su corazón (Mt. 13:19); están quienes al momento la reciben con gozo, pero como no tienen raíz, tropiezan al recibir aflicción o persecución por causa de la Palabra (Mt. 13:20, 21); están quienes oyen la Palabra, pero luego son ahogados por en afán de obtener riquezas y gloria del mundo (Mt. 13:22); y están aquellos que reciben la Palabra y la entienden y producen frutos.

En Gálatas 5:22 se menciona a la “fe” como uno de componentes del “fruto” del andar espiritual. Cuando yo “planto” en mi corazón el mensaje del evangelio de Dios, creyéndola y actuando con la convicción de que es la verdad de Dios, este mensaje irá creciendo hasta llegar a dar fruto. Génesis 1:11 nos dice que la semilla de un árbol está en su fruto, esta es una realidad que todos conocemos. Extendiendo la comparación del “fruto” del espíritu, podemos decir que ese “fruto” nos dará nuevas “semillas” que plantar en nuestro corazón, para producir más y más fruto. Este es el concepto que vemos en estos versículos: la justicia de Dios se va haciendo evidente en mi corazón por medio de mi fe y genera en mí el “fruto” de una más firme convicción, la cual da más “semillas”, que consisten en  un entendimiento más amplio de Su justicia, las cuales, a su vez, producirán aún más frutos. Este siclo sigue en constante ascenso, a menos que “el malo” arrebate mi semilla, las aflicciones y persecuciones me “sequen” o que el afán de alcanzar las riquezas, placeres o gloria que ofrece el mundo “ahoguen” mi andar.

A modo de ilustración imaginemos que en cada etapa de crecimiento espiritual se nos da una lupa con la cual poder ver la justicia de Dios. A través de mi fe voy pasando de una etapa hacia la otra. En cada etapa recibo una lupa más potente que hace que cada vez pueda ver con más claridad la justicia de Dios a través del evangelio. Así voy pasando “desde fe hacia fe” y cada vez logro entender con mayor claridad la justicia de Dios. De todos modos,  el máximo grado de “visión” de la justicia de Dios que podamos lograr en esta vida no es comparable con la claridad que tendremos cuando Cristo nos arrebate y transforme nuestros cuerpos mortales, corruptibles y deshonrosos en cuerpos inmortales, incorruptibles y gloriosos. Recordemos que el apóstol Pablo dijo que “en parte conocemos” (1 Cor. 13:9), pero cuando venga lo perfecto, lo que es en parte se acabará (1 Cor. 13:10), sólo entonces podremos ver con total claridad la justicia y el amor de Dios.

Entonces:

El entendimiento de la justicia de Dios proviene de comprender el mensaje transmitido en el evangelio o “buena noticia” de Dios. La buena noticia del Reino de Dios es la información que necesitamos para desarrollar un andar de fe. A su vez, la obediencia de fe nos dará la capacidad de comprender mejor la justicia de Dios, lo cual generará un mayor crecimiento en el andar de fe.

El evangelio nos coloca en un ciclo de constante crecimiento en fe, pero debemos comprender el mensaje del evangelio para que el Diablo no nos quite la Palabra del corazón; debemos arraigarnos bien en la justicia de Dios, para no tropezar a causa de las aflicciones y persecuciones; y debemos dar prioridad a Dios y no dejar que la gloria, riqueza y deleites del mundo nos “ahoguen” y desvíen de hacer la voluntad de Dios. Estos tres factores son los que detienen el ciclo de crecimiento en fe.











¿Te bendijo este estudio?
¡Compártelo en las redes sociales! 

http://facebook.com/sharer.php?u=http://twitter.com/home?status=https://plus.google.com/share?url=

  

http://enhonorasuverdad.blogspot.com.ar/2013/12/mapa-del-blog_6354.html

 

   

Quizá también te interese:

 

No hay comentarios. :

Publicar un comentario