Orar por fe

En Honor a Su verdad




Colosenses 1:9 – “...no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,”

Lucas 17:5-6
(5) Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.
(6) Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar;  y os obedecería.

Cuando los apóstoles pidieron al Señor que les “aumente” la fe, Jesús refirió las palabras del versículo 6. Algunos dicen que esto es porque ni Jesús, ni Dios “aumentan” la fe de las personas, sino que cada uno debe ocuparse de su propia fe. Pero, tal como hemos visto en el capítulo VI, esto fue una declaración que Jesús hizo para hacerles entender que la fe debe desarrollarse progresivamente y que no se puede ganar muchísima fe en un breve instante.

Si bien la fe es algo que debe desarrollarse progresivamente, esto no niega el hecho de que podamos orar a Dios por fe, y que Dios pueda ayudarnos a desarrollar la fe que necesitamos. De hecho, la fe debe estar basada en una información correcta, y sólo Dios puede darnos a conocer Su verdad con precisión para que la creamos, así que ¡ya desde el primer paso necesitamos Su ayuda!

Hubo otro episodio en la vida de Jesús en el que una persona pidió que lo ayudara a edificar su fe:

Marcos 9:17-29 (RVA)
(17) Le respondió uno de la multitud: —Maestro, traje a ti mi hijo porque tiene un espíritu mudo,
(18) y dondequiera que se apodera de él, lo derriba. Echa espumarajos y cruje los dientes, y se va desgastando. Dije a tus discípulos que lo echasen fuera, pero no pudieron.
(19) Y respondiendo les dijo: —¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os soportaré? ¡Traédmelo!
(20) Se lo trajeron; y cuando el espíritu le vio, de inmediato sacudió al muchacho, quien cayó en tierra y se revolcaba, echando espumarajos.
(21) Jesús preguntó a su padre: —¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? El dijo: —Desde niño.
(22) Muchas veces le echa en el fuego o en el agua para matarlo; pero si puedes hacer algo, ¡ten misericordia de nosotros y ayúdanos!
(23) Jesús le dijo: —¿"Si puedes…"? ¡Al que cree todo le es posible!
(24) Inmediatamente el padre del muchacho clamó diciendo: —¡Creo! ¡Ayuda mi incredulidad!
(25) Pero cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo diciéndole: —Espíritu mudo y sordo, yo te mando, ¡sal de él y nunca más entres en él!
(26) Entonces, clamando y desgarrándole con violencia, el espíritu salió; y el muchacho quedó como muerto, de modo que muchos decían: —¡Está muerto!
(27) Pero Jesús le tomó de la mano y le enderezó, y él se levantó.
(28)  Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron en privado: —¿Por qué no pudimos echarlo fuera nosotros?
(29)  El les dijo: —Este género con nada puede salir, sino con oración.

En el libro de Mateo tenemos información adicional sobre este relato:

Mateo 17:14-21 (RVA)
(14) Cuando llegaron a la multitud, vino a él un hombre y se arrodilló delante de él,
(15) diciendo: —¡Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático y padece gravemente. Pues muchas veces cae en el fuego, y muchas veces en el agua.
(16) Lo traje a tus discípulos, y no le pudieron sanar.
(17) Jesús respondió y dijo: —¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os soportaré? Traédmelo acá.
(18) Jesús le reprendió, y el demonio salió de él; y el niño fue sanado desde aquella hora.
(19) Luego, los discípulos se acercaron en privado a Jesús y le dijeron: —¿Por qué no pudimos nosotros echarlo fuera?
(20) Jesús les dijo: —Por causa de vuestra poca fe. Porque de cierto os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: "Pásate de aquí, allá"; y se pasará. Nada os será imposible.
(21) Pero este género de demonio sale sólo con oración y ayuno.

Este último versículo lo he copiado sencillamente con el fin de aclarar que no aparece en los textos griegos más fieles. En los textos griegos más antiguos (y más confiables) el versículo 21 directamente no está, el pasaje debiera terminar en el 20. Este versículo quizá fue añadido para poder dar mayor aval a las prácticas del ayuno, sin embargo, el ayuno no tiene ninguna relación con todo este episodio.

Aquí tenemos un relato en el cual un hombre trajo a su hijo, afligido por un espíritu inmundo (un espíritu diabólico), que le causaba mucho mal. Este hombre había llevado a su hijo a los discípulos de Jesús, pero ellos no pudieron expulsarlo, por lo que el hombre fue directamente a Jesús.

Jesús detectó el problema de incredulidad en el padre del muchacho, por eso le dijo que debía creer para que el hijo sea sanado (Mr. 9:23). ¿Qué cosa debía creer este hombre? Debía creer que Jesús tendría el poder y capacidad, y la voluntad, de sanar al joven. Es ahí que el padre reconoció que creía, pero que su fe no era completa, por lo cual dijo “ayuda mi incredulidad”. Es evidente que el hombre pudo llegar al punto de fe necesario, porque Jesús luego echó fuera el demonio. Probablemente estas mismas palabras de Jesús y su autoridad al hablar al espíritu ayudaron a la fe de este hombre. Lo cierto es que Jesús hizo lo necesario para que este hombre creyera lo suficiente.

En el versículo 19 de Marcos 9 (y de Mateo 17:17) tenemos una declaración que puede parecer dura de parte de Jesús, sin embargo, no debe tomarse como una falta de amor de parte de Jesús, sino como una enfática declaración de Jesús de cuál era el problema: la incredulidad. Jesús dijo a sus discípulos que ellos no fueron capaces de echar fuera el demonio a causa de su “poca fe” (Mt. 17:20) y que este género sólo salía con oración (Mr. 9:29). Por un lado, vimos que al padre del muchacho le faltaba fe, luego también se nos dice que los discípulos tenían poca fe, esta combinación de falta de fe fue causante de que los discípulos, en vez de edificar la fe de este hombre, terminaran por ellos mismos fracasar en su intento de dar sanidad al muchacho.

Jesús también les dijo que ese género de espíritu sólo salía con oración (Mr. 9:29). Aquí hay dos formas posibles de entender esta declaración. Por un lado, Jesús puede estar señalando que fue necesario mantenerse en oración a Dios para tener una instrucción específica para echar fuera este demonio. Por otro lado, lo que Jesús quiso comunicar quizá fue que ellos debían llevar una vida de oración con Dios para edificar su fe al punto de poder echar este tipo de demonios.

Ambas interpretaciones son posibles, y ambas interpretaciones son ciertas.

En ocasiones de adversidad, debemos orar a Dios para que nos de sabiduría para actuar de modo de ser librados de esa adversidad. Pero también, en nuestro diario andar, debemos desarrollar una vida de oración, la cual permitirá a Dios ayudarnos a entender mejor Su verdad y así tener una fe bien fundada que sea firme y estable.

La Biblia nos muestra que incluso es posible orar por la fe de otros:

Lucas 22:31-32
(31) Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;
(32) pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.

Aquí hay que notar que Jesús no le dijo a Simón (Pedro) que Satanás lo había pedido a él solo, la palabra “os” es plural, Satanás pidió a todo el grupo de discípulos para zarandearlos.

La palabra traducida “pedido” es en griego exaiteomai, que es la unión de ek: “fuera de” y aiteö, que puede tener el sentido de “pedir” o de “demandar”. Entonces, esta palabra puede significar “pedir fuera de” o “demandar fuera de”. Significa “pedir o demandar que algo o alguien salga de un lugar y pase a otro, o salga de un área de autoridad o influencia para pasar a otra. Algunos grupos cristianos creen y enseñan que Satanás debe “pedir permiso” a Dios para hacer el mal, y que sin el consentimiento de Dios nada puede hacer. Esta creencia realmente denigra y ridiculiza el amor de Dios, además, de ser esto cierto, el Diablo no sería un “enemigo” (Mt. 13:39; Hch. 13:10), sino un empleado de Dios que hace el trabajo “sucio”. ¡No! El Diablo es un enemigo, un adversario de Dios, y está en guerra con Dios. ¿En qué clase de guerra el enemigo pide permiso para atacar? Por eso, aquí creo que la manera correcta de traducir es “demandado” (como en la Traducción del Nuevo Mundo, la versión de Darby, la English Standard Version, la NET Bible, entre otras) o “reclamado” (como en la Biblia Textual y la versión Dios Habla Hoy, entre otras).

El verbo “zarandear” es un verbo que sólo se usa aquí y significa “sacudir en una zaranda”. La zaranda o criba era un artefacto que consistía en una pieza, generalmente rectangular, con fondo de red, tela o lámina agujereada, que se usaba para colar distintos materiales. Aquí Jesús hace referencia a la zaranda usada para separar el trigo. Satanás iba a intentar usar los acontecimientos que sucederían luego de que Jesús fuese entregado para quitar la fe en los discípulos y separarlos  de Dios.

Por el hecho de que Dios protege a aquellos que hacen Su voluntad, el Diablo muchas veces no puede influir o dañar a los creyentes, pero cuando las personas fallan en su fe y obediencia a Dios, Satanás puede actuar negativamente en la vida de esa persona. Jesús sabía que su entrega, tortura, crucifixión y muerte iba a hacer que muchos flaquearan en la fe, aún sus mismos discípulos, y sabía que Satanás intentaría aprovechar la situación para hacerlos caer definitivamente.

En el versículo 32, Jesús dice a Pedro que él había rogado específicamente por él, para que su fe no falte y luego él confirme a sus hermanos (hermanos en Cristo). La palabra “rogado” es deomai, que significa “pedir, rogar, o suplicar”. Jesús, a diferencia de Satanás, no “demandó” algo a Dios, sino que se lo “pidió”, le “rogó” para que Pedro no llegara a un punto crítico de incredulidad ante las adversidades que se vendrían. La palabra que se traduce “falte” aquí es ekleipö, que significa “cesar, fallar, acabar, dejar atrás, llegar a ser insuficiente”. Jesús sabía que Pedro y los otros discípulos flaquearían en la fe cuando el Diablo los “zarandeara”, sin embargo, le está diciendo a Pedro que a causa de su oración a Dios, Él iba a volver a estar fuerte en su fe, y cuando eso sucediera, debía “confirmar” (afirmar en la fe) a sus hermanos.

Aquí tenemos un claro ejemplo de una oración por la fe de otra persona. Jesús oró a Dios para que no falte (o no se acabe) la fe de Pedro. Esto nos deja una muestra de que es posible orar por fe, no sólo por la propia, sino por la de otros. Dios no puede obligarnos a tener fe, porque estaría rompiendo nuestro derecho a actuar con libertad de decisión, sin embargo, Él puede actuar en nuestras vidas de formas que puedan incentivar nuestra fe y ayudarnos a desarrollarla. En la persona que tiene un corazón bien orientado hacia Dios, ciertas acciones de Dios pueden ayudarlas a crecer mucho en su fe, pero es necesario orar a Dios, para que Él pueda actuar en nuestras vidas y las vidas de otras personas.

Otro versículo en el que vemos lo importante que es orar para poder desarrollar nuestra fe y andar en comunión con Dios está en Colosenses:

Colosenses 1:9-10
(9) Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,
(10) para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

El apóstol Pablo y sus colaboradores oraban para que los creyentes colosenses fueran “llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual”. En otras palabras, la oración era para que Dios les diera conocimiento de Su voluntad y sabiduría e inteligencia para aplicar correctamente ese conocimiento en sus vidas. El resultado de tener conocimiento, sabiduría e inteligencia es que ellos así podrían andar como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios.

Como habíamos visto, para que exista “fe”, debe haber una información previa para creer. Entonces, se hace fundamental orar a Dios para que nos provea de esa información. Una de las formas en que Dios trabaja en nuestra fe es dándonos conocimiento y entendimiento de Su obra en Cristo.

Colosenses 1:9-20
(9) Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,
(10) para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
(11) fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad;
(12) con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;
(13) el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
(14) en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
(15) El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
(16) Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra,  visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
(17) Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
(18) y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
(19) por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
(20) y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

Entonces, vemos que es posible orar a Dios para que nos ayude a crecer en nuestra fe, y para que ayude a le fe de otros creyentes. Una de las principales formas en que Dios nos ayuda a crecer en fe es a través de darnos conocimiento y entendimiento de Su obra de redención en Cristo, enseñándonos lo que hoy somos en Cristo.

Entonces, para desarrollarnos en la fe, debemos continuamente orar a Dios para que nos ayude a crecer en fe y debemos ocuparnos de comprender mejor lo que somos en Cristo a causa de Su obra de redención.











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