Fe y aguante con la armadura de Dios

En Honor a Su verdad
Por Elizabeth T. Martínez


Conforme vamos leyendo las escrituras de Dios, vamos conociendo el amor  del Padre, y algunos de los secretos que nos revela a través de la fe. Y una de las muestras más grandes de amor de Nuestro Padre, es la manera de cómo podemos ser restituidos ante Su presencia, a través del sacrificio de Su hijo Jesucristo.

Esto dijo Jesús a Dios:

Hebreos 10:9 (NVI)[1]
Luego añadió: «Aquí me tienes: He venido a hacer tu voluntad.» Así quitó lo primero para establecer lo segundo.

Las palabras de Jesús, muestran el gran amor a Dios, Su Padre, y una voluntad firme y perfecta, de esta manera pudo quitar algo que ya existía, refiriéndose al pacto antiguo, en donde los israelitas su pueblo, eran salvos solamente a través de obras por medio de las leyes establecidas por Dios (Dt. 4:1), las cuales constan de los diez mandamientos (Dt. 5:7-21) y los rituales y fiestas solemnes (Lv. 24:2-10; 23:2-4). Cumplir todas estas leyes perfectamente era imposible, por lo tanto, tan sólo servían para mostrar cuán lejos estaba una persona de “merecer” la salvación de Dios, necesitando desesperadamente de Su gracia.

Efesios 2:15-16 (NVI)
pues anuló la ley con sus mandamientos y requisitos. Esto lo hizo para crear en sí mismo de los dos pueblos una nueva humanidad al hacer la paz,
para reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo mediante la cruz, por la que dio muerte a la enemistad.

Al decir aquí que “anuló” la ley y sus mandamientos, se debe entender que fueron anulados como requisito para ser salvos, sin embargo, éstos siguen reflejando el deseo de Dios para la conducta humana, nos enseñan la manera correcta en que el Padre Celestial desea que vivamos, cumpliendo Sus mandatos como resultado de nuestra fe y amor por Dios.[2]

Hebreos 10:10 (NVI)
Y en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre.

Y  cuando habla de establecer lo segundo, se refiere al nuevo pacto, hecho a través de Su sangre en sacrificio para la redención de la humanidad, el cual nos explica en Su evangelio.

Jeremías 31:31 (NVI)
»Vienen días —afirma el SEÑOR—en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y con la tribu de Judá.


Hebreos 8:13
Al llamar «nuevo» a ese pacto, ha declarado obsoleto al anterior; y lo que se vuelve obsoleto y envejece ya está por desaparecer.

Jesús, como el Salvador prometido, se encargó de establecer el actual pacto, donde gracias a Su entrega y obediencia, Dios podría seguir Su plan de redención para la humanidad, dando Su gracia a todos sus hijos, que solo a través de fe en  Jesucristo, podremos obtener y por causa del amor de Dios (Dt. 6:4-25).

Romanos 3:24-25 (NVI)
(24) pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó.
(25) Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación[i] que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados;

Jesús, siendo el fundamento puesto, para que a través de la fe, empecemos a trabajar nuestro regreso al Padre, viene siendo la puerta y el camino al reino de los cielos, y la vida eterna que algunos deseamos alcanzar un día.

Mateo 16:18 (NVI)
Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella.

Efesios 2:20 (NVI)
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular.

Romanos 3:26 (NVI)
pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús.

Juan 14:6 (NVI)
—Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.

Estos versículos, al discernirlos encierran en parte el misterio de Dios, en una verdad, porque en el primer versículo de Mateo 16:18, Jesús está revelando, al apóstol Pedro, que Él mismo sería el fundamento, para que Pedro siguiera edificando a su iglesia en Cristo y de esta manera, nos librara del pecado, que es la muerte espiritual.

Mientras que en los otros versículos (Ef. 2:20, Ro. 3:26 y Jn. 14:6) nos podemos dar cuenta que es una sub-secuencia del plan de Dios, para que en base a nuestra fe, logremos alcanzar el reino de los cielos y una vida nueva.

Ahora bien, algunos se preguntarán, ¿porque el pecado es  muerte espiritual?

Bueno pues, si debemos ser restituidos ante la presencia de Dios, es porque alguna vez fuimos destituidos, como lo dice en Génesis.

Génesis 3:3-4
(3) Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán.”
(4) Pero la serpiente le dijo a la mujer: —¡No es cierto, no van a morir!

El Diablo, aquí llamado “Serpiente” debido a su astucia para dañar, es quien tentó a Eva para que desobedeciera a Dios. Dios había dicho que si comían del fruto del árbol de la ciencia del bien y el mal morirían, pero el Diablo les aseguró que esto era mentira, que ellos no iban a morir. Adán y Eva no murieron físicamente, sino espiritualmente, ellos perdieron el espíritu de Dios que los haría vivir perpetuamente sobre la Tierra. Además, toda clase de muerte y males entró en la Tierra por su desobediencia (Gn. 3:18-19). Hoy en día, por medio de la obra de Cristo, nosotros podemos tener vida espiritual incondicional si tenemos fe en Él, sin embargo, si actuamos pecaminosamente, traemos “muerte” a nuestras vidas.

Nuestro corazón humano es engañoso y pecaminoso y sólo nos lleva a perdición:

Jeremías 17:9-10 (NVI)
(9) Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo?
(10) «Yo, el SEÑOR, sondeo el corazón y examino los pensamientos, para darle a cada uno según sus acciones y según el fruto de sus obras.»

Mateo 15:19 (NVI)
Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias.

Marcos 7:21-23 (NVI)
(21) Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios,
(22) la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad.
(23) Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona.

Pero Dios, por medio de Jesucristo, nos da la posibilidad de tener un “nuevo corazón”, el cual David anhelaba (Sal. 51:10) y está en nosotros hoy por el espíritu santo que Dios nos dio.

Ezequiel 36:26-27 (RV-1960)
(26) Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
(27) Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

2 Corintios 3:4-6 (NVI)
(4) Ésta es la confianza que delante de Dios tenemos por medio de Cristo.
(5) No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios.
(6) Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.

Hebreos 8:7-12 (NVI)
(7) Efectivamente, si ese primer pacto hubiera sido perfecto, no habría lugar para un segundo pacto.
(8) Pero Dios, reprochándoles sus defectos, dijo: «Vienen días —dice el Señor—, en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
(9) No será un pacto como el que hice con sus antepasados el día en que los tomé de la mano y los saqué de Egipto, ya que ellos no permanecieron fieles a mi pacto, y yo los abandoné —dice el Señor—.
(10) Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con la casa de Israel —dice el Señor—: Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
(11) Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: “¡Conoce al Señor!”, porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán.
(12) Yo les perdonaré sus iniquidades, y nunca más me acordaré de sus pecados.»

Dios estableció una relación con nosotros por medio de un “nuevo pacto”, por el cual Él mismo obra en nuestros corazones para que podamos hacer Su voluntad. Dios no puede obligarnos a hacer Su voluntad, esto sigue siendo nuestra decisión, sin embargo, por medio de Su espíritu nos ha dado un “nuevo corazón”, que constantemente nos influencia interiormente para que andemos conforme Él lo desea. Tomando conciencia en todo esto,  podremos empezar a cambiar nuestros caminos, haciéndolos rectos y allanados.

Lucas 3:4-6 (NVI)
(4) Así está escrito en el libro del profeta Isaías: «Voz de uno que grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor, háganle sendas derechas.
(5) Todo valle será rellenado, toda montaña y colina será allanada. Los caminos torcidos se enderezarán, las sendas escabrosas quedarán llanas.
(6) Y todo mortal verá la salvación de Dios.” »

1 Juan 2:2 (NVI)
Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no sólo por los nuestros sino por los de todo el mundo.

Han sido muchas generaciones a las que Dios ha tenido paciencia, para que lleguemos a alcanzar la Salvación, esto es debido al gran amor que nos tiene el Padre.

Salmos 90:1 (NVI)
Señor, tú has sido nuestro refugio generación tras generación.

Efesios 3:19 (NVI)
en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios.

2 Pedro 3:9 (NVI)
El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan.

2 Pedro 3:15 (NVI)
Tengan presente que la paciencia de nuestro Señor significa salvación, tal como les escribió también nuestro querido hermano Pablo, con la sabiduría que Dios le dio.

Pero muchas personas lamentablemente, no se dan cuenta de ello, debido a que en parte no hay quien les hable sobre la buena noticia, que es el Evangelio de Dios y por otra parte debido al oscurecimiento del corazón, que lleva hacia el pecado y, consecuentemente, nos mantiene  alejados de Dios, dando oportunidad a los ataques espirituales del maligno.

Romanos 10:14 (NVI)
Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?

Efesios 4:18 (NVI)
A causa de la ignorancia que los domina y por la dureza de su corazón, éstos tienen oscurecido el entendimiento y están alejados de la vida que proviene de Dios.

Por eso es necesario mantener la unidad del Espíritu, con fe y aguante y la cualidad de la paciencia, de este modo no será destruida la labor y el sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo por nosotros.

Y una vez estando ya conscientes, que dentro del corazón habitan los malos sentimientos que traen consigo la muerte, los cuales están en nosotros por obra del Diablo, nuestro enemigo y adversario, estaremos mejor preparados para resistir en la fe y en un andar conforme a la voluntad de Dios. Nuestra lucha es día a día, pero que si conocemos quién es el Diablo y con qué armas podemos vencerlo, entonces saldremos triunfantes en cada batalla.

El apóstol Pablo nos advierte en Efesios, de una manera muy clara y precisa, cómo luchar contra nuestro adversario.

Efesios 4:27 (NVI)
ni den cabida al diablo.

Esto es no dar espacio en nuestro andar, a cosas reprobables, como lo explica en los siguientes versículos.

Efesios 4:28 (NVI)
El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados.

Aquí, estaríamos obedeciendo el octavo mandamiento de Dios.

Efesios 4:29 (NVI)
Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan.

Aquí recordemos, que todo lo que sale de la boca del corazón proviene, así lo explica Jesús en (Mat. 15:18).

Efesios 4:30 (NVI)
No agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención.

Esto es o significa, que luego de creído en Jesucristo y haber recibido el don de espíritu santo, que es el sello de garantía de Su salvación, no debemos ofender a Dios con actitudes reprobables.

Y el apóstol Pablo continua diciéndonos:

Efesios 4:31-32 (NVI)
(31) Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia.
(32) Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.

Siendo sinceros nosotros mismos, siempre que lastimamos a nuestros semejantes, y nos arrepentimos, buscamos la manera de que se nos perdone, para sentirnos mejor en nuestro interior,  por lo tanto si queremos ser justos, entonces nuestra reacción deberá de ser como el ejemplo que Jesucristo nos dejó.

Colosenses 3:13 (NVI)
de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.

Haciendo un pequeño paréntesis, para continuar mas adelante con las advertencias del apóstol Pablo, estos versículos siguientes son muy importantes y se deben considerar también como armas muy importantes, en nuestra batalla.

1 Juan 2:22-23 (NVI)
(22) ¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.
(23) Todo el que niega al Hijo no tiene al Padre; el que reconoce al Hijo tiene también al Padre.

La carta 1 Juan 2:22 y 23, es importante tenerla en cuenta, ya que de esta manera podremos detectar cuando el Diablo intente, a través de otras personas, transmitir doctrinas diferentes al Evangelio de Cristo, predicado por medio de los apóstoles.

Las armas que nos expone el apóstol Pablo, no las podremos usar tan solo leyéndolas, sino más bien,  mediante fe, aguante y práctica sabremos cómo usarlas  en contra de nuestro adversario, el Diablo.

Efesios 6:10-12 (NVI)
(10) Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor.
(11) Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo.
(12) Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.

Esto no quiere decir que vayamos a estar luchando físicamente con seres espirituales malignos, lo que nos quiere decir el apóstol Pablo, es que esos seres malignos utilizan a las personas para influir de determinada manera, de modo que desobedezcan los mandatos de Dios y nieguen el Evangelio de Jesucristo, trayendo oscuridad a sus corazones.

Efesios 6:13-18
(13) Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza.
(14) Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia,
(15)  y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz.
(16) Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno.
(17) Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
(18) Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos.

La oración con peticiones y ruego, es otra arma muy poderosa que nos ha dado Dios, recordemos que si Él hace una promesa la cumple  porque Dios no miente, y el mismo nos dice que siempre seremos escuchados si nos dirigimos a Él.

Salmos 91:15 (NVI)
Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores.

Mateo 7:7-8 (NVI)
(7) Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.
(8) Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.

Lucas 11:9-10 (NVI)
(9) »Así que yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá la puerta.
(10) Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.

Hebreos 6:18 (NVI)
Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros.


Tito 1:2 (NVI)
Nuestra esperanza es la vida eterna, la cual Dios, que no miente, ya había prometido antes de la creación.

Empecemos por  hacer el esfuerzo, con fe y aguante para que recibamos estas promesas.

Hebreos 10:36 (NM)[3]
Por que ustedes tienen necesidad de aguante, para que después que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban el cumplimiento de la promesa.

Puedo decir, que yo como principiante en la Escritura Divina, he tenido que librar tentaciones y batallas, pasando por pruebas, pero que nos van fortaleciendo espiritualmente, para seguir adelante en el esplendoroso camino de Dios, teniendo en mente que estas batallas no acabarán, mientras estémos en este mundo, y todo esto, lo he librado a base de oración y ruego al Padre, y siempre apoyándome en la Palabra de Dios, y consejo espiritual de hermanos creyentes, puesto que así mismo, lo ha dispuesto Dios.

1 Tesalonicenses 5:11 (NVI)
Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo.

Efesios 6:10 (NVI)
Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor.

Vemos entonces, que Dios Nuestro Padre, siempre nos da la luz necesaria para darnos cuenta si estamos en lo correcto, e iluminará nuestros corazones haciéndolos resplandecer a través de Su Palabra traspasando esa oscuridad que habita en el corazón en la medida en que vamos tratando de crecer en la fe que ya tenemos, para que Jesucristo, nuestro Señor, nos siga mostrando el camino que lleva al Padre Celestial.

Salmos 86:11 (NVI)
Instrúyeme, SEÑOR, en tu camino para conducirme con fidelidad. Dame integridad de corazón para temer tu nombre.

Hebreos 10:38 (NVI)
Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado.

Así que atesorando la doctrina del Evangelio de Jesucristo y teniendo fe y aguante, y aprendiendo a usar la armadura de Dios, ¡seguro lograremos alcanzar las promesas de Nuestro Padre!


[1] Las citas de las Escrituras marcadas como “NVI” fueron tomadas de la “Nueva Versión Internacional”, revisión de 1999, por la Sociedad Bíblica Internacional.
[2] Para mayor información sobre este tópico recomiendo leer el estudio “Entre los mandamientos y la fe”.
[3] NM: Las citas de las Escrituras marcadas como “NM” fueron tomadas de la “Traducción del Nuevo Mundo”, revisión de 1987, por la Watch Tower Bible and Tract Society




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