Errores en la traducción

En Honor a Su verdad

Introducción


Como ya he explicado, es imposible traducir perfectamente de un idioma a otro sin alterar la exactitud del texto o su sentido. Además, los traductores suelen traducir pasajes difíciles conforme a su propio entendimiento teológico, lo cual inserta un elemento de subjetividad a toda traducción de la Biblia.

A continuación veremos distintos aspectos a tener en cuenta al trabajar con la Palabra de Dios, para poder detectar y corregir posibles errores de traducción.

Marcas divisorias


En los antiguos textos, tanto hebreos, arameos o griegos, no existían divisiones de capítulos y versículos, tampoco existían signos de puntuación y separación como puntos, comas, paréntesis, guiones, signos de interrogación y admiración, variaciones en los tipos de letra, etc. La Palabra respirada por Dios tampoco tenía títulos que separaran un tema de otro. Todas estas marcas y divisiones fueron agregadas posteriormente con el fin de dar orden y poder tener una referencia rápida al leer y estudiar la Biblia, pero no fueron “respiradas” por Dios y, en muchos casos, pueden desviar el entendimiento en vez de ser de ayuda.

Hasta el año 800 d.C. todos los textos griegos de la Biblia fueron escritos en escritura uncial, la cual contiene todas letras mayúsculas, y no contiene signos de puntuación. Para dar un ejemplo, tomemos el texto en castellano: “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Si yo escribiera con escritura uncial, quedaría algo así: 

“YOHEVENIDOPARAQUETENGANVIDAYPARAQUELATENGANENABUNDANCIA”

Entonces, podemos comprender que las divisiones entre palabra, frases y oraciones dependen del entendimiento del que trabaja con los textos griegos y pueden contener errores.

Antiguo y Nuevo Testamento:


La Biblia fue escrita, originalmente, una parte en hebreo y otra parte en griego (o arameo según sostienen algunos). A partir del siglo 2 d.C. los griegos comenzaron a utilizar el término “Antiguo Pacto” para referirse a las Escrituras hebreas, para diferenciarlas de las escrituras griegas, a las cuales llamaron “Nuevo Pacto.” Esta denominación fue pasando a ser parte de las Biblia como “Antiguo Pacto” y “Nuevo Pacto” o “Antiguo Testamento” y “Nuevo Testamento,” sin embargo, estos no son nombres dados por Dios a Su Palabra, esta es una división hecha por el hombre y no debe considerarse “respirada por Dios.” Leyendo Hebreos 8:1-13 vemos que para establecer el “nuevo pacto” fue necesario que Cristo ascendiera al cielo, comenzando su ministerio de “sumo sacerdote” del tabernáculo celestial, por lo tanto, los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, y parte del libro de Hechos, tratan aún sobre el antiguo pacto de Dios con Israel, por lo cual, es incorrecto llamar “Nuevo Pacto” a todas las Escrituras en griego. Quizá la forma más adecuada de referirse a los textos sería como “las Escrituras hebreas” y “las Escrituras griegas,” aunque, por una cuestión de costumbre y adaptación al entendimiento general, podemos llamarlas “Antiguo y Nuevo Testamento,” pero entendiendo que estos nombres no provienen de Dios y no describen adecuadamente el carácter y tema de estas secciones de la Biblia.

Nombres y títulos de los libros de la Biblia:


Originalmente, los libros de la Biblia no contenían nombres o títulos, tales como Génesis, Éxodo, Levíticos, etc. Estos nombres fueron colocados posteriormente para identificarlos. Por ser este un tema extenso para tratar, pero importante para el entendimiento de las Escrituras, lo dejaremos para analizarlo más adelante en esta presentación, de momento, tengamos en mente que ninguno de los nombres y títulos en la Biblia fueron “respirados por Dios.”

División de capítulos:


Los capítulos en la Biblia comenzaron a colocarse aproximadamente en el año 350 d.C., pero la actual división de capítulos se cree que fue establecida por Stephen Langton, quien murió en 1227. Éstos pueden ser útiles para hallar rápidamente una referencia bíblica, pero no fueron revelados por Dios y pueden desviar el entendimiento del lector bíblico cuando están mal situados. En el texto hebreo no existieron capítulos sino hasta el 1330 d.C., cuando el Rabbi Salomón Ben Ismael adoptó el sistema cristiano de división de capítulos, situando los números al margen con el fin de facilitar referencias.

Algunos ejemplos de capítulos mal situados:

1) Génesis 2:


Génesis 2:1-3
(1) Fueron,  pues,  acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.
(2) Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.
(3) Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

Estos tres versículos debieron haber sido colocados al final del capítulo 1, ya que cierran el tema del que trata el capítulo 1: el relato cronológico de la creación y ordenamiento de los cielos y la Tierra. El versículo 4 del capítulo 2 debiera ser el primer versículo del capítulo:

Génesis 2:4
Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos,

A simple vista es difícil determinar dónde terminaría el primer capítulo y dónde comenzaría otro. Hay ciertas pautas que nos indican que el versículo 4 es el comienzo de un relato distinto, una de las pautas es el uso del nombre de Dios: “Jehová” (o “Yahweh”, para ser más exactos). En todo el capítulo 1 no se habla de “Jehová Dios” sino sólo de Dios (hebreo elohim), aquí se usa, por primera vez, el nombre “Jehová”, indicando una separación entre lo que se narrará a continuación y lo narrado anteriormente.[1]

2) Isaías 52:


Este es un ejemplo de un capítulo que corta al medio a otros dos. Isaías 51 viene hablando al pueblo de Israel:
Isaías 51:17-23 (resumido)
(17) Despierta, despierta, levántate, oh Jerusalén, que bebiste de la mano de Jehová el cáliz de su ira; porque el cáliz de aturdimiento bebiste hasta los sedimentos…
(19) Estas dos cosas te han acontecido: asolamiento y quebrantamiento, hambre y espada…
(21) Oye, pues, ahora esto, afligida, ebria, y no de vino:
(22) Así dijo Jehová tu Señor, y tu Dios, el cual aboga por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, los sedimentos del cáliz de mi ira; nunca más lo beberás.
(23) Y lo pondré en mano de tus angustiadores…

Isaías 52 sigue hablando de lo mismo hasta el versículo 12:

Isaías 52:1-12 (resumido)
(1) Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni inmundo.
(2) Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion…
(3) Porque así dice Jehová: De balde fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados…
(7) ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!...
(9) Cantad alabanzas, alegraos juntamente, soledades de Jerusalén; porque Jehová ha consolado a su pueblo, a Jerusalén ha redimido.
(10) Jehová desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro.
(11) Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa inmunda, salid de en medio de ella; purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová.
(12) Porque no saldréis apresurados, ni iréis huyendo; porque Jehová irá delante de vosotros, y os congregará el Dios de Israel.

Hasta este versículo se viene hablando sobre Jerusalén, las angustias sufridas por su rebelión y la futura restauración y liberación que daría Dios. En el versículo 13 se comienza a hablar proféticamente acerca de Jesús: “mi siervo”.

Isaías 52:13-15
(13) He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto.
(14) Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres,
(15) así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído.

Isaías 53 sigue con este relato profético del salvador:

Isaías 53:2, 3, 11, 12
(2) Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
(3) Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
(11) Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
(12) Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

Por lo tanto, el capítulo 52 no debiera existir. El capítulo 51 debiera continuar hasta el versículo 12 del capítulo 52 y el capítulo 53 debiera ser 52, comenzando desde el versículo 13 del 52 y terminando en donde termina el 53.

3) Mateo 10:


Aquí tenemos otro ejemplo de una mala división de capítulos que crea confusión.

Mateo 10 comienza así:

Mateo 10:1
Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.

La palabra “entonces” nos está conectando a este versículo con algo dicho anteriormente. Si comenzamos a leer desde aquí, nos falta algo de información para comprender adecuadamente el relato.

Cuando leemos Mateo 9, vemos que el relato viene hablando de una sanidad efectuada por Jesús, en la que echa fuera un demonio, llegando al versículo 33 leemos:

Mateo 9:33-34
(33) Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.
(34) Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.

Luego, en el versículo 35, comienza un relato distinto:

Mateo 9:35-38
(35) Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
(36) Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
(37) Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.
(38) Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

Estos cuatro versículos debieran estar ubicados dentro del capítulo 10 y no en el 9. Colocando los últimos versículos del capítulo 9 al principio del capítulo 10 leeríamos:

Mateo 10:1-4 (con la división modificada)
(1) Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
(2) Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
(3) Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.
(4) Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.
(5) Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.

Ahora se entiende mejor el contexto: Jesús vio cuánta gente tenía necesidad de la predicación del evangelio, para sanidad y salvación y tuvo compasión, y por tanto, dio autoridad a doce de sus discípulos de modo que pudieran ellos ayudarles en su predicación. El “entonces” del versículo 5 se conecta con la exhortación a rogar a Dios por obreros que Jesús hizo en el versículo 4, por lo que es muy probable que los discípulos, y Jesús mismo, hayan orado y, como respuesta, Dios mandó a Jesús a comisionar a los 12 apóstoles. Lucas 6:12 nos dice que Jesús pasó la noche orando antes de elegir a los doce apóstoles, parte de esa oración pudo tener relación con esta necesidad de “obreros” para la “mies”, que menciona Mateo.

4) Romanos 15:


Otro claro ejemplo son los siete primeros versículos de Romanos 15, que debieran estar situados al final del versículo 14. El capítulo 14 comienza diciendo “Recibid al débil en la fe…” y pasa a explicar cómo debe ser la conducta de los maduros espirituales con respecto a los que son débiles en la fe, indoctos o inmaduros en los asuntos espirituales. En este capítulo Pablo dice que los maduros espirituales tienen que conducirse de tal modo de no ser de tropiezo, sino de edificación para con los que no lo son. El versículo 13 dice: “así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.” Pablo sigue hablando sobre no ser de tropiezo a los creyentes “débiles en la fe,” y el 15 comienza diciendo:

Romanos 15:1-8
(1) Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
(2) Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno,  para edificación.
(3) Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.
(4) Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.

Hasta aquí se viene hablando de lo mismo que en el capítulo 14: no ser de tropiezo para los débiles, sino de edificación; no buscar el propio bien, sino el del otro. En el versículo 5 se comienza a hablar de otro asunto:

Romanos 15:5-7
(5) Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,
(6) para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
(7) Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.

Quizá a simple vista es difícil determinar dónde termina un capítulo y dónde comienza el siguiente, ya que los temas están relacionados, por esta causa, a veces es necesario estudiar y dibujar la estructura temática del texto para comprender su línea temática. En este caso, la estructura temática sería como sigue:


14:1-15:4 – Responsabilidades del cristiano para con otros cristianos
[1] 14:1-3 – Acercar al débil en la fe, no juzgar ni despreciar a los otros hermanos en Cristo
    [2] 14:4-13 – El servicio al Señor
[1] 14:14-16 – No entristecer y arruinar al hermano en Cristo.
    [2] 14:17-19 – El servicio al Señor
[1] 14:20-15:2 – No hacer nada perjudicial para el hermano, complacerlo y edificarlo.
    [2] 15:3-4 – El Señor: el ejemplo a seguir.

15:5-16 – El propósito de su servicio: que las etnias sean aceptas
    [1] 15:5 – Deseo de Pablo: que Dios les dé la misma forma de dirigir los pensamientos conforme a Cristo.
        [2] 15:6 – Propósito: que unánimes glorifiquen a Dios
            [3] 15:7 – Lo que tienen que hacer: Acercar unos a otros como lo hizo Cristo, para gloria de Dios
                [4] 15:8-12 – Cristo como servidor para con todas las etnias judíos y no judíos
[1] 15:13 – Deseo de Pablo: que Dios los llene de todo gozo y paz en el creer
    [2] 15:13 – Propósito: que abunden en la esperanza, en el poder del espíritu santo
         [3] 15:14 – Lo que ya tienen: Llenos de benignidad y conocimiento, pueden amonestarse unos a otros
    [4] 15:15-16 – Pablo como funcionario de Cristo para las etnias

Como podemos ver, el gráfico de la estructura temática de los capítulos 14 y 15 de Romanos nos dejan ver que lo más coherente sería comenzar el capítulo 15 con el versículo 5, dejando los cuatro primeros versículos al final del capítulo 14. De este modo la temática encajaría perfectamente con la estructura presentada.

5) Colosenses 4


Colosenses 4 comienza diciendo:

Colosenses 4:1-2
(1) Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos.
(2) Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias;

Visto así, parecería que la exhortación a perseverar en la oración es para los “amos” mencionados en el versículo 1. Sin embargo, el versículo 1 debiera haberse colocado al final del capítulo 3 y este capítulo tendría que comenzar con la exhortación general para todos los creyentes a perseverar en oración. Leyendo Colosenses 3 vemos que a partir del versículo 18 comienza a dar exhortaciones particulares para ciertos grupos: el 18 dice “Casadas…,” el 19 dice “Maridos…,” el 20 “Hijos…,” el 21 “Padres…,” el 22 “Siervos…,” y el 4:1, siguiendo con el hilo del mensaje dice “Amos…” queda claro que éste debió ser el último versículo del capítulo 3.

Estos son sólo algunos ejemplos de capítulos que han sido erróneamente colocados dentro del texto, hay muchos casos similares. Lo importante será tener esto en cuenta a la hora de estudiar un pasaje bíblico y leer capítulos previos y posteriores al pasaje en cuestión, prestando atención a dónde comienza el tema del que se está hablando y dónde culmina, recordando que las divisiones no fueron inspiradas por Dios.

División de versículos:


Hasta donde se sabe, las primeras inserciones de versículos en la Biblia fueron hechas en 1248, siendo posteriormente modificadas por Robert Stephens en 1551, estas divisiones hechas en el texto griego fueron luego transmitidas a las actuales traducciones de la Biblia, pero, al igual que sucede con los capítulos, la división de versículos puede ser útil como referencia, pero puede causar confusión cuando están mal situados.
Debido a que el griego original no tenía división ni puntuación, hay pasajes en los que suele ser difícil determinar dónde termina una oración y comienza otra, por lo cual se vuelve difícil saber dónde exactamente colocar la división de versículos. Sin embargo, hay casos claros que nos muestran una errónea distribución de los versículos:

1) Efesios 1:4 y 5

Veamos Efesios 1:4 y 5 traducido según dos versiones distintas de la Biblia:

Efesios 1:4-5
(4) según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,
(5) en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo,  según el puro afecto de su voluntad,

Efesios 1:4-5 (RV-1909)
(4) Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor;
(5) Habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos por Jesucristo á sí mismo, según el puro afecto de su voluntad,

La versión revisión de la Reina-Valera de 1909 colocó las palabras “en amor” al final del versículo 4, sin embargo, los revisores de la Reina-Valera 1960 las colocaron, según su entendimiento, al principio del versículo 5. Esto se debe a que uno puede entender que Dios nos escogió para ser santos, sin mancha, “en amor”; o puede entenderse como que “en amor” nos predestinó. Examinando los pasajes de Efesios 4:15 y 16; 5:2; Colosenses 2:2 y 1 Tesalonicenses 5:13 podemos ver que el apóstol Pablo solía situar la frase “en amor” después del verbo y no antes, lo cual es un fuerte indicio de que “en amor” en Efesios 1 debiera estar colocado al final de versículo 4 y no al principio del 5, como tenía originalmente la Reina-Valera de 1909.

2) Romanos 1:14 y 15

Comenzando desde el versículo 13 leemos:

Romanos 1:13-15
(13) Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles.
(14) A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.
(15) Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.

El versículo 14 pareciera ser como un paréntesis en el que Pablo dice ser deudor tanto a griegos como a no griegos, a sabios y a no sabios. Sin embargo, por el contexto del pasaje, vemos que Pablo se consideraba deudor para con la Iglesia de Roma, ya que no había podido ir a predicarle el evangelio personalmente. Las palabras “soy deudor” del versículo 14, debieran estar al principio del versículo 15, y el 14 debe leerse en forma fluida junto al 13:

Romanos 1:13-15 (mi traducción)
(13) aunque NO deseo que ignoren, hermanos, que frecuentemente planeé ir hacia ustedes (pero hasta ahora me ha sido impedido) para tener fruto también entre ustedes, así como también lo tuve entre el resto de las etnias,
(14) tanto entre griegos como entre no-griegos, tanto entre sabios como entre ignorantes.
(15) Soy deudor para con ustedes, entonces, por mi parte, estoy ávido de contarles la buena noticia también a ustedes, los que están en Roma.

Así traducido, el relato concuerda con lo que Pablo escribe luego en el capítulo 15:16 al 33, en los que cuenta cómo había sido de provechosa su predicación entre otros grupos culturales (tanto griegos como no-griegos) y donde habla de su deseo y disposición de ir a predicar el evangelio a Roma.

Por lo tanto, vemos que es necesario prestar suma atención a las divisiones de la Biblia, y no tomarlas como una autoridad absoluta, ya que podríamos perdernos de comprender el verdadero sentido del pasaje que estamos analizando.

Puntuación:


Como hemos visto, los manuscritos unciales antiguos no contenían puntuación. Los textos impresos que tenemos disponibles para el estudio de las Escrituras han sido pasados a letras cursivas a las que se les agregaron algunos signos de puntuación y letras mayúsculas. Parte de la puntuación ha sido agregada en los textos griegos impresos y otra buena parte ha sido agregada por los traductores a los distintos idiomas, es por eso que, aunque parte de los errores de puntuación pertenecen a errores de transmisión y otra parte a errores de traducción, veremos ambos casos en esta sección.


Un solo punto o coma puesto en el lugar incorrecto puede causar un cambio total en el sentido de un pasaje, por eso es muy importante prestar atención a la puntuación en el texto bíblico. Por ejemplo, no es lo mismo que yo escriba: “Viendo a Jesús en la cruz, (coma) Judas se suicidó”, a que escriba: “Viendo a Jesús, (coma) en la cruz Judas se suicidó”, el cambio de lugar de una coma cambia completamente el sentido.

Un claro ejemplo de una puntuación colocada erróneamente que cambia totalmente el sentido de un pasaje lo tenemos en Lucas 23:43:

Lucas 23:43
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

El texto griego de Westcott y Hort, que no tienen puntuación, lee así:

Jesús jamás pudo haberle dicho al malhechor que en ese mismo día estaría con él en el paraíso. En primer lugar, el “paraíso”, es un lugar futuro en la Tierra, que está descrito en Apocalipsis, capítulos 21 y 22, no existía en el tiempo de Jesús y no existe hoy en día. Además de esto, Jesús ese día murió y estuvo sepultado tres días y tres noches, así que si el malhechor ese día iba a estar con Jesús, habría estado con él en la tumba y no en el paraíso. Un tercer punto, que no discutiremos aquí, es que la Biblia muestra que los muertos no están vivos ahora, sino que serán vivificados en el futuro, algunos de los cuales podrán ser parte del futuro paraíso que Dios establecerá en la Tierra[2]. En este caso, erróneamente algunos textos griegos impresos (como el de Screivener, Robertson-Pierpont y el de Nestle) han colocado una coma después de “digo”, haciendo que el texto diga que el malhechor estaría con Jesús ese mismo día en el “paraíso”, los traductores de la Reina Valera arrastraron ese error y lo amplificaron, cambiando la coma por un “que”, traduciendo: “de cierto te digo que hoy…” Pero esta forma de traducir no se ajusta al resto de la enseñanza bíblica. Para ajustar este versículo al resto de la enseñanza bíblica, el signo de puntuación debería ser colocada después de la palabra “hoy”, así, el texto leería: “de cierto te digo hoy: estarás conmigo en el paraíso”, esto sí concuerda con el resto de la doctrina bíblica. Jesús no prometió al malhechor que ese mismo día estaría en el paraíso, Jesús le dijo “Hoy te digo, con total certeza, que estarás [en un futuro, cuando Dios recomponga la Tierra] conmigo en el paraíso”.

Paréntesis:


Los textos griegos no tenían paréntesis, sin embargo, en la Biblia suelen usarse frases que constituyen una aclaración dentro de una porción de texto y debieran ponerse entre paréntesis para comprender correctamente el sentido del texto. Para determinar si una frase constituye o no un paréntesis dentro de cierto párrafo es necesario leer detenidamente el contexto. Debido a que los paréntesis dependen del criterio del traductor, es posible que en las versiones en español nos encontremos con paréntesis que no debieran estar allí (muy raros casos) y también solemos encontrarnos con frases que debieran estar entre paréntesis y no lo están.

Ejemplos de paréntesis faltantes:

Romanos 1:1-3
(1) Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,
(2) que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras,
(3) acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, 

El versículo 2 es una aclaración sobre qué evangelio era el que Pablo estaba predicando, por lo cual haría falta colocar paréntesis en todo el versículo para seguir con más fluidez el sentido del texto, que sin el paréntesis leería: “…apartado para el evangelio de Dios, ( ) acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo”. Así se entiende mejor que el evangelio habla de Jesucristo.

1 Timoteo 3:14-15
(14) Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte,
(15) para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.

Aquí debiera haber un paréntesis en las palabras “aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte”, quedando el texto así: “Esto te escribo ( ) para que si tardo sepas cómo debes conducirte…”

2 Pedro 1:19
Tenemos también la palabra profética más segura,  a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro,  hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;

En este caso, se debería situar el paréntesis en la frase como sigue:

2 Pedro 1:19
Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos (como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga) en vuestros corazones;

Las palabras “en vuestros corazones” deben quedar conectadas con el “estar atentos” y no con el “lucero de la mañana”. Quitando el paréntesis leeríamos: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos ( ) en vuestros corazones”. El momento en que el “día esclarezca y el lucero de la mañana salga” será en nuestra futura vida con Jesucristo, mientras tanto, la palabra profética es una antorcha que alumbra en este mundo oscuro, dándonos un poco de luz sobre la verdad de Dios, como dijo Pablo en 1 Corintios 13:9-12: “…en parte conocemos, y en parte profetizamos, mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará…entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido…” Cuando “lo perfecto”, (o sea, nuestra transformación en un cuerpo perfecto, viviendo en el perfecto reino que Dios tiene preparado para el futuro), “el lucero de la mañana saldrá” y “lo que es en parte se acabará”, y conoceremos como fuimos conocidos. Mientras tanto, haremos bien en estar atentos en nuestros corazones a la palabra profética de Dios.


[1] Para un estudio más detallado de las diferencias entre Génesis 1 y 2 y su eje temático y mensaje lea mi estudio “El propósito y plan de Dios”, capítulos 1 y 2).
[2] Para más información acerca de qué pasa con los muertos y cuándo serán vivificados, lea mi estudio “La esperanza del cristiano”. 










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