Errores en el entendimiento / Estilos narrativos

En Honor a Su verdad

Introducción


Como he explicado previamente, existen tres áreas en las cuales pueden producirse errores bíblicos. Estas tres son: (1) la transmisión del texto; (2) la traducción del texto; y (3) el entendimiento del lector. Ya hemos analizado los dos primeros puntos y ahora nos avocaremos al tercero, que es en dónde se producen la mayor cantidad de dificultades.

Los errores de transmisión pueden hacer diferencias en el entendimiento e interpretación de un versículo bíblico o un párrafo en particular, pero no suelen causar grandes diferencias doctrinales. Los errores de traducción, por venir cargados de más subjetividad humana (la del traductor o traductores), traen aparejados errores de entendimiento más graves. Sin embargo, la gran variedad de doctrinas con base bíblica que existen hoy en día (que dan lugar a todas las religiones y denominaciones cristianas existentes), tienen su causa principalmente en diferencias en cuanto al entendimiento del mensaje Bíblico. Por ejemplo, existe un gran porcentaje de iglesias protestantes y evangélicas que basan su enseñanza bíblica en la versión Reina Valera de 1960 y, sin embargo, tienen interpretaciones muy distintas sobre diversos aspectos doctrinales y prácticos. Ellos están leyendo el mismo texto ¡pero lo interpretan de distinto modo!

Gran parte de estas diferencias doctrinales se debe a que hay muchos cristianos (e incluso maestros y líderes) que no leen correctamente la Biblia. Al decir que no la leen “correctamente” me refiero a que no la leen con orden (primero lo primero); no leen con ojo analítico, pensando y considerando lo que están leyendo; no leen con lógica, razonando lo que se está comunicando; no leen sistemáticamente, o sea, con un sistema o técnica para la lectura y estudio de las Escrituras. En este capítulo aprenderemos cómo debemos leer y estudiar la Biblia de modo que alcancemos sus profundos tesoros de sabiduría.

Estilos narrativos y variaciones


Algo fundamental a tener en cuenta cuando se lee la Biblia es que ésta fue escrita con diversos estilos narrativos. La narrativa española puede dividirse es distintos estilos, los escritores suelen hacer uso de algunos de esos estilos narrativos para sus obras, es así que pueden escribir en forma de narración histórica, poesía, soneto, obra teatral, etc. Del mismo modo, hay que tener en cuenta que si bien el Autor de la Biblia es sólo uno: Dios, Él eligió a distintos escritores, con diferentes conocimientos y aspectos culturales y, a través de ellos, hizo del texto bíblico un texto con variados estilos narrativos, cada uno con un propósito claro. Esta variedad de estilo, puestas en conjunto, nos muestra la grandeza de la belleza y precisión de la sabiduría de Dios, pero hay que tenerlos en cuenta para no malinterpretar las Escrituras.

Narrativa literal Histórica: Buena parte de la Biblia está escrita en forma de narrativa literal histórica, esto quiere decir, que es un relato de los hechos tales como sucedieron. Por ejemplo, libros como los de Josué, Jueces, Samuel, Reyes, Crónicas, Mateo, Marcos, Lucas, o Hechos contienen, en su mayoría, relatos históricos, que cuentan hechos que sucedieron y registran las acciones y palabras de los protagonistas.

1 Samuel 1:1-3
(1) Hubo un varón de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín, que se llamaba Elcana hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo.
(2) Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía.
(3) Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová.

Estos versículos de 1 Samuel contienen un relato histórico, está contando acerca de la vida de ciertas personas que vivieron antiguamente. Estos versículos pueden comprenderse literalmente, tal como están escritos.

Lucas 1:5-7
(5) Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet.
(6) Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.
(7) Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada.

Este es un relato sobre la vida de Elisabet y Zacarías. Nuevamente, vemos que el lenguaje de estos versículos es directo, claro, literal, podemos comprender lo dicho tal como está escrito.

La narrativa literal histórica debe leerse como un relato literal acerca de hechos históricos, hechos que sucedieron en la realidad, los cuales se interpretan tal como están escritos.

Proverbios: Los proverbios son frases con un mensaje o enseñanza que son aplicables en términos generales pero que no siempre se cumplen en todos los casos particulares. Los proverbios son palabras sabias para enseñar la buena conducta y moral. Pero hay que tener en cuenta que algunos proverbios se cumplen incondicionalmente, mientras que otros se cumplen en la mayoría de los casos, pero no son “infalibles”.

Proverbios 17:1-5
(1) Mejor es un bocado seco, y en paz, Que casa de contiendas llena de provisiones.
(2) El siervo prudente se enseñoreará del hijo que deshonra, Y con los hermanos compartirá la herencia.
(3) El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; Pero Jehová prueba los corazones.

En estos tres versículos tenemos ejemplos de proverbios que son incondicionales y proverbios que no lo son.

El primer versículo nos dice que es mejor un bocado seco y en paz que casa de contiendas llena de provisiones. Lo que nos quiere enseñar es que la paz es mucho mejor que la riqueza. Siempre la paz es mejor que la contienda, pero hay que tener en cuenta que hay familias pobres que se pelean mucho, y también hay familias adineradas que saben utilizar correctamente sus recursos y viven en paz. En este caso, el proverbio debe tomarse como un aliento a buscar la paz por encima de la riqueza, pero no nos está indicando que la abundancia material sea mala en sí misma.
El segundo versículo nos dice que “el siervo prudente se enseñoreará del hijo que deshonra”. Por supuesto, sabemos que esto no siempre se cumple, no siempre un sirviente prudente pasa a ser señor de un hijo que deshonra. Lo que nos quiere dar a entender este proverbio es que si una persona es sabia y prudente en su comportamiento, aunque empiece siendo un sirviente o un empleado, es muy probable que llegue a tener una posición o estilo de vida mejor que aquél que nació en una familia de abundantes recursos pero que es necio en su vida y deshonra a su padre y madre.

En el tercer versículo leemos: “El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; Pero Jehová prueba los corazones”. Aquí, aparte del proverbio en sí es necesario comprender algunas costumbres orientales (más adelante veremos esto en más detalle). El crisol y la hornaza eran hornos de gran temperatura en los que se purificaban el oro y la plata, todo lo que no fuera oro y plata eran quemados en estos hornos. Lo que este versículo intenta transmitir es que Dios prueba los corazones, si el corazón, o sea, los pensamientos más profundos que hacen a nuestra conducta, no son adecuados, no resistirán al “calor del horno” de Dios. Este proverbio es uno que siempre se cumple, porque Dios siempre se interesa en nuestros corazones y no es engañado por conductas hipócritas y egoístas.

Aunque solemos asociar a los proverbios con el libro de Proverbios, hay que tener en cuenta que hay proverbios o frases proverbiales en muchos otras partes de la Biblia, veamos un ejemplo en el libro de Pedro:

1 Pedro 3:13-14
¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?

Esto debe leerse como un proverbio, ya que sabemos que hay veces que también los buenos son dañados. En términos generales, cuando hacemos el bien Dios nos protege y nos cuida, pero existen casos en los que hacer el bien implica recibir cierto daño. El mejor ejemplo es Jesús, que siempre hizo el bien y, sin embargo, fue torturado cruelmente para salvarnos. Por supuesto, no se requiere, hoy en día, de que seamos torturados como Cristo lo fue para poder salvar a otros, sin embargo, existen casos en que nuestro servicio a Dios requiere que suframos algún daño en favor del prójimo. Pero, en términos generales, aquél que sigue el bien tiene la protección de Dios y no recibe daño.

En resumen:

Un proverbio es una frase que intenta transmitir una lección para regular la conducta humana, que si bien se cumple en la mayoría de los casos, no siempre se cumple literalmente. El objetivo central del proverbio es dar, con pocas palabras, un mensaje o una lección que quede en la mente del lector.

Parábolas: las palabra “parábola” proviene de dos palabra griegas: para: “junto a” y ballö: “arrojar”. Consiste en un relato, que puede ser real o ficticio, que tiene como intención arrojar un mensaje oculto o paralelo.

Una parábola jamás debe tomarse en un sentido estrictamente literal, sino que debe estudiarse para poder llegar a comprender el mensaje que intenta transmitir. La parábola en sí puede contener hechos imaginarios, fantásticos e irreales, incluso contradictorios con la verdad de Dios, pero lo que importa en ésta es el mensaje que intenta transmitir.

Lucas 8:4-8
(4) Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola:
(5) El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron.
(6) Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad.
(7) Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron.
(8) Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga.

El versículo 4 nos indica que el relato que continúa es una parábola. Con esto ya estamos advertidos de que lo importante no será el relato en sí, sino el mensaje que hay detrás. Los versículos 5 al 8 nos comentan acerca de un sembrador cuya semilla cayó en diversos tipos de terreno y en cada cual obtuvo un resultado diferente. Si tomamos este relato literalmente no es posible obtener un gran provecho, de hecho, para los israelitas del tiempo de Jesús, que vivían principalmente de la siembra, lo que Jesús contó eran hechos muy conocidos por ellos, ¡no les estaba diciendo nada nuevo!

Sabiendo que esto era una parábola, los discípulos podrían haber intentado “adivinar” cuál era el mensaje oculto que Jesús quería transmitir, pero en lugar de hacer eso, hicieron lo más sabio: preguntar:

Lucas 8:9-10
(9) Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola?
(10) Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.

Antes de leer la explicación de la parábola, quiero detenerme en este punto para hacer notar algo importante. Hay muchas personas que creen que una parábola tiene como objetivo presentar un mensaje de un modo más claro y contundente, sin embargo, el versículo 10 aquí nos muestra lo contrario: la parábola tiene como objetivo hacer que el incrédulo, el que no se interesa por la Palabra de Dios, no vea y no entienda. Los discípulos hallaron la sabiduría de Dios porque se quedaron con Jesús y preguntaron por la parábola, pero el resto, se fue habiendo oído algo que ya sabían desde siempre: que la semilla reacciona de distintas formas en diferentes terrenos.

Lucas 8:11-14
(11) Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.
(12) Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.
(13) Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.
(14) La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.

Aquí Jesús explica el mensaje oculto detrás de la parábola del sembrador. Él nos dice que la semilla es la Palabra de Dios, y los distintos terrenos se corresponden con el corazón con el que una persona recibe esa semilla. Hay quienes oyen la palabra, pero ésta les es quitada pronto por el diablo, porque no entró en lo profundo del corazón (quedó “junto al camino”). Otros la oyen y la reciben con gozo, pero el corazón es duro (“de piedra”) y, por lo tanto, la Palabra no echa raíces y se “seca” cuando la persona comienza a pasar por períodos de prueba o adversidades. En el tercer caso tenemos a personas que tienen “espinos” en su corazón, el deseo desmedido de tener riquezas y placeres mundanos ahoga la Palabra que les fue sembrada y ésta no llega a dar fruto en ellos.

Hasta aquí tenemos la descripción de tres clases de “terrenos” en los que cayó la semilla de la Palabra de Dios, tres clases de terrenos “infértiles”, en los que la semilla no llegó a crecer lo suficiente como para dar fruto. En el versículo que sigue vemos qué pasó con la semilla que cayó en buena tierra:

Lucas 8:15
Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.

Este último versículo nos enseña que para que la Palabra de Dios llegue a dar fruto en la vida de una persona, ésta debe ser recibida con un corazón “bueno y recto”. El resto no pudo dar frutos porque no tuvo la actitud correcta para con Dios y Su Palabra.

Como podemos notar, no es el relato del sembrador lo que era importante en esta parábola, sino el mensaje que transmitía a través de la comparación de una realidad física (el sembrador, las semillas y el terreno), con una realidad espiritual (el predicador, la Palabra y el corazón del oyente). En esta parábola, el mensaje se obtiene haciendo una comparación o paralelismo entre distintos personajes y objetos del relato (semilla=palabra de Dios / aves=diablo / rocas=corazón duro / espinos=afanes y riquezas / buena tierra=corazón bueno y recto), pero no todas las parábolas se entienden por medio de comparaciones y paralelismos, es importante no confundirse a la hora de analizar las parábolas.
Más adelante es este estudio analizaremos algunas parábolas complicadas, por el momento haré una síntesis de lo que es una parábola:

Una parábola es un relato real o imaginario que tiene como objetivo darnos un mensaje oculto o paralelo. Su finalidad no es facilitar el entendimiento, sino empujarnos a investigar las Escrituras y a orar a Dios por entendimiento.

Salmos, himnos, oraciones, canciones: la Biblia contiene gran cantidad de salmos, himnos, oraciones y canciones a Dios. Un salmo es, básicamente, una canción de alabanza a Dios. Pero el libro denominado “salmos”, no sólo contiene salmos, sino también oraciones y pedidos a Dios.

Muchos textos bíblicos transcriben palabras de hombres a Dios. Éstos están colocados para que aprendamos cómo se comunicaron las personas con Dios a lo largo de la historia y así podamos también nosotros comunicarnos con Dios a través de oraciones, alabanzas y canciones.

Por lo general, los salmos y canciones registradas en la Biblia tienen un estilo más refinado que la narrativa general. En algunos casos contienen estructuras gramaticales y poéticas de gran complejidad y belleza, aunque no siempre son apreciados en los idiomas de traducción.

Muchas veces los salmos relatan hechos históricos pero de forma más poética:

Jueces 5:1-5
(1) Aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo:
(2) Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel, Por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, Load a Jehová.
(3) Oíd, reyes; escuchad, oh príncipes; Yo cantaré a Jehová, Cantaré salmos a Jehová, el Dios de Israel.
(4) Cuando saliste de Seir, oh Jehová, Cuando te marchaste de los campos de Edom, La tierra tembló, y los cielos destilaron, Y las nubes gotearon aguas.
(5) Los montes temblaron delante de Jehová, Aquel Sinaí, delante de Jehová Dios de Israel.

Salmos 23:1-6
(1) Jehová es mi pastor; nada me faltará.
(2) En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
(3) Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
(4) Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
(5) Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
(6) Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

1 Reyes 8:22-26
(22) Luego se puso Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo,
(23) dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón;
(24) que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día.
(25) Ahora, pues, Jehová Dios de Israel, cumple a tu siervo David mi padre lo que le prometiste, diciendo: No te faltará varón delante de mí, que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden mi camino y anden delante de mí como tú has andado delante de mí.
(26) Ahora, pues, oh Jehová Dios de Israel, cúmplase la palabra que dijiste a tu siervo David mi padre.

Hechos 4:24-30
(24) Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay;
(25) que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas?
(26) Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su Cristo.
(27) Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,
(28) para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.
(29) Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,
(30) mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.

Los salmos, himnos, oraciones y canciones registran palabras de las personas hacia Dios, las cuales nos enseñan sobre cómo se relacionaron los creyentes con Dios y nos dan una guía para saber cómo debemos comunicarnos con Dios.

Hasta aquí hemos visto algunos de los estilos literarios y variaciones narrativas que se utilizan en la Escrituras. Esto no pretende ser un estudio exhaustivo y preciso del tema, mi objetivo es que ustedes puedan estar atentos a las diferentes formas de expresión que surgen en la Biblia, para que obtengan una mejor comprensión del texto que están leyendo.









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